Delirios de la Noche

"Te adentras en el Reino de los Sueños, tus deseos alimentarán ahora mis pensamientos..."

Noches con Gyn


La superficie cristalina de la ginebra le devuelve una imagen que no desea ver: la de una mujer sin alma que ha perdido la fe. Sin creencias, sin sueños ni anhleacions cae en los más bajos vicios y pasiones. 

El diablo la tienta, la alcoholiza, la hipnotiza, y de alguna manera la hace sentir viva.
 Elisa muere en medida a lo que bebe para olvidar las penas y las cosas que la hieren.  Toda esperanza en sí ya está perdida, cada vez se escuchan menos los latidos de su vida. 

En el bulevar de los sueños rotos yacía un corazón destrozado, que entre licor y cerveza ahogaba su llanto en los vasos. Gyn la acompaña en su última noche, y ella en su interior sabe que la culpa no es de ella, sino de ese hombre.

No se puede destrozar un corazón y pretender que siga latiendo.


El sexo nos daba el aire cuando el amor nos ahogaba

Siento el frío bajo mi piel por que tú no estás...le pregunto al mar cuándo volverás pero me hallo sola ante el silencio. Llevo tanto tiempo esperándote y recordándote... aún se me hace extraño que ya no estés conmigo ¿qué viste en mí? ¿qué hice yo para merecerte a tí? Te echo de menos y el dolor me desgarra ante tu ausencia.

Estoy perdida en el pasado... aún recuerdo mis labios recorriendo tu piel, cuando se posaban en tu cuello y provocaban el edén. Dulces movimientos ardientes, que acompasados hacían de nuestro lecho un jardín de delicias lleno de caricias desinhibidas. Ardo en deseos de poseerte, de sentirte en mis sábanas de seda, de abrazarte hasta que nunca más pueda. Me estremezco cuando me tocas, sucumbo al placer ante tu boca y ahí muestro mi adicción, me encanta dejarme llevar por tu pasión. Vuelve a desnudarme pero no me dejes.

Pero ya está, ya basta de recordar...tú eres libre y yo también pero no puedo volar.

Hoy he cerrado el cofre de los sueños, de qué me sirve si ahí mis sentimientos son lo único que muevo... ahora por fin mi alma se escapó del cuerpo y ya no tiene dueño, sólo me queda quemar tus recuerdos.

Gritándole al silencio

He vuelto a discutir con él creyendo que esta vez me dejaría, pero insiste en quedarse conmigo. Ya no sé cómo hacérselo entender, que todo ha pasado...que ya estoy bien. Pero ignora mis súplicas y sigue cubriéndome cada vez más.

Me he descubierto a mi misma lanzando gritos al silencio...que me escucha e ignora. Cada día subo el tono de mi voz en nuestras disputas, pero no consigo emitir sonido, no hay nadie para escucharme.
No...él siempre está. Más de una vez he intentado callarlo con algún ruido pero siempre acaba venciendo y haciéndome pensar.
Es ahí cuando en lo más profundo de la soledad abro los ojos ante la realidad y me doy cuenta de que me has arrebatado el alma al dejarme con ese ser. De verdad juro que pensé que no serías tan cruel. Aún así
te echo de menos y me duele pensar que quizás algún día no nos volvamos a encontrar...

Creo que finalmente me he acostumbrado a su compañía leal y fría. Puedo seguir mis pasos y trazar el camino sin mirar atrás, ya no me asusta lo que encuentre al final porque aunque sea en silencio he vuelto a creer en lo que por ahora aún no puedo ver.

Diosas y mortales jugando a amar


Te vio entre niebla y palideció,
su tierno rostro tembloroso hacia ti ella volvió.
No era él el monstruo de las sombras,
pero si el ángel que de caricias la arropa.

Insatisfecho de observarte quiso actuar,
tu mano entrelazada a la suya fue a acariciar.
Repentinamente te pusiste nerviosa,
más él sólo quería observar a la diosa.

Poco a poco te pudiste acostumbrar,
y él con la mirada te pedía mucho más.
Sus labios tiernos y suaves al fin besaste,
dulce elixir de mortales que un día probaste.

Todos sabían que no podía ser,
pero cada noche en tu cama amanecías con él.
Diosas y mortales jugando a amar,
un juego que muchas veces por fuerza sale mal.

                                                                                                     Poesía escrita por mi, hasta la próxima ^^

Libertad

La observan y la desean...pero saben que jamás la podrán poseer.




Soberbia se siente ignorada,  le gustaría ser igual...pero se regocija en la satisfacción de su vanidad. 
Ella se niega a  respetarla, el orgullo y el ego hacen presencia en su piel, y eso la vuelve una mujer cruel incapaz de sentir o reconocer lo que en sus adentros anhela ser.




No es la única repudiada del grupo, Envidia le tiene celos y no la puede ni ver, porque ella consta de muchas virtudes que no puede poseer. Con su vestido verde la mira desafiante probando a su su paciencia y aguante.




Ira en cambio sólo tiene un deseo, matarla y dejarla sin aliento. Quiero notar su sangre correr a borbotones mientras la oprime y la ahoga entre renconres.





Pereza ni desvía la mirada, está cansada y desganada. Desea dormir, descansar y no entretenerse con nada. Entre suspiros duerme en calma...




Avaricia intenta negociar con ella pero la mujer se da cuenta de sus tretas y de que puede haber traición, por lo que no confía y desterrada la envía a las sombras. 





Gula ansía comérsela, devorarla sin dejar nada, notar su carne desgarrada...






Lujuría sólo quiere una cosa, el placer de su piel, pero ella no responde ante nadie y menos a ser infiel.









Todas la llaman, todas las desean, todas la pronuncian pero ella no responde.
Ella es libertad, la que otorga a las personas dignidad y ganas de hacer bien lo que otros en su día hicieron mal.

Me apetecía escribir algo, aunque la verdad es que es altamente mejorable. xD